lunes, 7 de diciembre de 2015

Navidad


Se acerca la Navidad y muchos de vosot@s quizás penséis como yo: “Quiero que las fiestas pasen cuanto antes, que me levante un día y que hayan terminado”. Este y otros pensamientos similares son algunos que podemos oír en esta época del año.


La Navidad hace que hasta los corazones más fríos sientan nostalgia y recuerdos de tiempos mejores. El dolor por un ser querido que ya no está entre nosotros en estas fechas se vuelve más doloroso y más recordado.


A mí me encantaba celebrar la Navidad, la Nochebuena era mi noche preferida del año, la familia junta, regalos, alegría y mucho amor. Siempre daba las gracias por tener a toda mi familia junta y feliz, mis padres, mi hermana, sobrinos, cuñado y nosotros tres mi marido, mi hijo y yo, no éramos una familia grande pero sí una familia que se amaba y que era muy feliz. Mi última Navidad feliz fue la del 2011, que poco imaginaba yo que la Navidad del 2012 iba a ser mi Navidad más triste. De ser una mesa de once personas pasó a ser una mesa solamente de tres personas, mi marido, mi hijo y yo. La tristeza me invadía, yo que siempre preparaba la comida y ponía una mesa con una bonita decoración, pase esas Navidades sin ganas de cocinar, de poner árbol y pesebre, de reír, sin regalos, sin dar gracias a Dios por la familia que tenia, quería dormirme y no levantarme hasta el día siete de enero para volver a trabajar y estar ocupada en otras cosas.

Ahora después de tres años sin ellos, sin mis padres y sin mi hermana, la Navidad se ha vuelto para mí en un día normal, pero por lo menos este año he adornado mi casa, he puesto el árbol de Navidad y el Nacimiento, y también pienso comprar unos detallitos para mis seres queridos, por ellos y para ellos he aprendido a sonreír y seguir ilusionada con algunas cosas. Mis sobrinos hacen su vida, mi cuñado igual ya no nos juntamos para celebrar la Navidad. Cómo cambia la vida cuando faltan familiares.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales