Uno hace su propia vida, eso es muy cierto. Nacemos con ciertos componentes, pero cada uno va diseñando su forma de afrontar las situaciones y modo de ver el mundo. En simples palabras los humanos somos seres de costumbres, comenzamos y dejamos de hacer algo en la medida que lo requerimos, lo disfrutamos, lo sentimos. Les dejamos 4 costumbres que al realizarlas siembran mucha riqueza en nuestra mente, dándonos una mayor perspectiva y calidad en nuestro diario vivir.
1. Costumbre de agradecer y no autocompadecerse
Para crecer y enriquecernos como personas, en primer lugar tenemos que agradecer todo lo que hemos logrado. Desde el simple cotidiano, incluyendo el trabajo, familia, amigos, todo necesita ser valorado en su momento. Si bien es cierto que en ocasiones estaremos insatisfechos con alguno de estos aspectos, no debemos permitir que la autocompasión o quejas llenen nuestros días, pues lo único que lograremos es quedarnos en ese lugar viendo todo gris, e incluso perdiendo la simpatía de los demás. Veamos las situaciones con altura de miras, activos y dispuestos a cambiar los momentos para nuestro favor.
2. Costumbre de saber utilizar el dinero y no darle más importancia de la que tiene
Nuestra vida no puede girar en torno al dinero. Vivimos gracias a él, es cierto, pero no es lo fundamental para garantizarnos felicidad y tranquilidad. Los sociólogos aseguran que al responder a la pregunta ¿qué necesitas para ser feliz? las personas con una mentalidad de pobreza empiezan enumerando los bienes materiales, mientras que aquellos con un punto de vista mejor enfocado mencionan el amor y la amistad en primer lugar. Lo interesante es que este último tipo de personas rara vez habla de cuentas bancarias porque piensan que la riqueza se mide en la capacidad de generar ingresos y tener visión. Lo importante es saber balancear nuestros gastos, mimarnos de vez en cuando, y tener claro que se puede tener una vida armoniosa sin pensar en los extremos de pobreza o riqueza monetaria.
3. Costumbre de hacer lo que te gusta
Es fundamental tomar en cuenta los sentimientos que hay en nosotros cuando nos ocupamos de asuntos que nos gustan e interesan. Los psicólogos afirman que las personas cuyos empleos no les satisfacen están potencialmente programados para la llamada “mala suerte“. Para desterrar esa costumbre es necesario hacer no lo que alguien más necesita, sino lo que más nos produzca satisfacción. Hagamos lo que hagamos, siempre intentemos hacerlo con gusto, así el trabajo se nos alivia y genera una sensación de placidez permanente.
4. Costumbre de tener una buena relación con nuestros cercanos
La familia es nuestro primer grupo humano de contención y cariño, que será complementada más tarde por los amigos. Por lo mismo es crucial tener buenas relaciones con todos aquellos, pues de lo contrario se generan distancias, “tabúes” mentales y un malestar que podría llegar a convertirse en un dolor y rabia permanente. Para no caer en la pobreza mental, que a su vez no permite ningún tipo de cambio ni perdón, cualquier tipo de problema con nuestros cercanos debe conversarse y sanarse. Ya que el nido de afectos que generamos en esta vida viene creado desde la familia, y luego dará sus frutos gracias a nuestros amigos.
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