viernes, 23 de abril de 2021

Camisita

Cuando mis padres me trajeron al pueblo donde resido hace ya 57 años, fui a un colegio llamado "SANTO TOMÁS" aún hoy existe ese colegio y con buenas opiniones.
En ese colegio  tenía una profesora que entonces la veía mayor y le tenía mucho respeto. La Srta. Mª Rosa. 
Después mis padres me cambiaron de colegio, porque nos cambiamos de domicilio y buscaron uno más cercano.
Han pasado muchos años desde entonces y la vida me tenía guardada una grata sorpresa, volverme a reencontrar con la Srta. Mª Rosa. Ahora no es mi profesora, es mi amiga. 
Estoy feliz de volver a encontrármela, ya no la llamo señorita, ahora es simplemente Mª Rosa
Un día a la semana compartimos la tarde y me gusta hablar con ella, porque aún me sigue enseñando cosas. Es una mujer dulce, delicada, muy inteligente, toda corazón. Me queda mucho que aprender de la Srta. Mª Rosa.

La Srta, Mª Rosa está sumergida en un proyecto fascinante, no seré yo la que descubra su obra, pero de ella hablará mucha gente.

Una tarde de las que compartimos me leyó una poesía escrita por ella y mis ojos se inundaron de lágrimas porque es una poesía escrita con el corazón. Le pedí si me la podía traer escrita en papel y ayer me hizo el regalo de traerme la poesía. Y no me trajo solo una, si no tres. A cuál más bonita.
Y yo hoy quiero que todas y todos le deis la oportunidad de leer estas bonitas letras de mi querida Srta.  María Rosa Andorrá. 




Camisita

Yo no tendré camisita,
como tienen los bebés;
ni pañalito pequeño, 
ni peduquito a los pies.
Yo desnudita moriré...
Yo no tendré el buen abrazo
que da la mamá al nacer, 
ni los derechos... del niño...
No tengo ningún poder.
Todo me ha sido robado, 
de la cabeza a los pies.

Dicen que no soy persona
porque ahora empiezo a crecer. 
¡Mamá!
¿Qué tienes dentro de ti?
Un objeto, un animal raro...?
(Si yo me parezco a ti)
Esto te han hecho creer;
y me arranca de tu vientre:
LEYES, hombres y porqués...

Podrías darme otra madre,
si me dejaras nacer...
La cubriría de besos, 
de amor y mucho querer;
seria su alegría en vida
y consuelo en su vejez.

¡Madre! escucha mi corazón;
late fuerte; ¡tan pequeño!...
como el tuyo late también.
Estoy flotando, en silencio, 
y crezco a todo meter
esperando madrecita,
que tú me sientas mover,
para darme camisita
como todos los bebés.


Derechos de autor
Mª Rosa Andorrá.







2 comentarios:

  1. Qué hermosa palabras, no pude contener que un lágrima rodara por mi mejilla, es un poema súper bonito y sentido...

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    1. Gracias por tu comentario. Es una poesía preciosa que te hace pensar. Un saludo

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