Se acaba un año y empezamos un año nuevo.
Yo me despido del año 2018 cerrando las puertas al dolor, tristezas y sufrimiento.
Y recibo al año 2019 con las puertas y ventanas abiertas a la felicidad, la paz, la armonía y la salud.
En el año nuevo no tiene cabida en mi vida la tristeza. Este año que acabamos me ha dejado mucha tristeza y dolor. Empecé el año como acompañante en un hospital, me comí las uvas rodeada de personas maravillosas y junto a la persona con la cual yo pensaba envejecer y que me ha dejado este año que termina y ya no podré envejecer a su lado. Ese ha sido el peor y más doloroso motivo que me ha dado el año 2018, un año que nunca podré olvidar.
Pero por esa persona y por otras que tambien están en el cielo, quiero cerrar puertas al dolor y abrir puertas a la felicidad, por ellos, porque sé que ellos quieren verme feliz, este nuevo año va a ser maravilloso para mí. Siempre llevándolos en mi corazón y recordandolos a diario.
No quiero, me niego a tener más dolor, me niego a perder más seres queridos y quiero ser feliz con las personas que tengo a mi lado y que me hacen felices. Mi hijo, mis primos, mis amigos y mis conocidos, esas maravillosas personas que siempre han estado ahí a mi lado, sacándome una sonrisa cuando lo único que yo quería era llorar.
No quiero en este nuevo año tristezas, solo quiero salud, amor y felicidad.
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