Sí, a ti te lo digo… A ti que a veces despiertas con el alma un poco arrugada, con la esperanza medio dormida y el corazón en modo silencio. Que te has acostumbrado tanto a la rutina, que ya ni te detienes a mirar cómo el sol pinta de oro la esquina de tu ventana.
Hoy, por favor, haz una pausa.
Escucha ese primer suspiro del día como si fuera un regalo. Agradece por un nuevo día. Mira el cielo, incluso si está nublado, porque hasta las nubes tienen su propia belleza. Huele tu café como si fuera la primera vez. Siente el agua de la ducha como una caricia que te despierta el alma y te recuerda que estás viva.
Cada día tiene su magia. No por lo que pasa… sino por cómo tú decides mirar.
Permítete emocionarte con lo simple. Con lo que parece cotidiano. Con eso que muchos dan por hecho. Sorpréndete del milagro de estar aquí, de poder moverte, hablar, sentir, reír, soñar. Disfruta de una conversación con tus amigas, disfruta de ese paseo con tu perrito, si tienes perro.
La vida no siempre será fácil, ya lo sabemos, pero cada día es una oportunidad nueva para volver a empezar. Y no necesitas grandes cosas: basta con un corazón que quiera ver distinto, que agradezca lo pequeño, que se ilusione como cuando eras niña.
Hoy, abre bien los ojos.
Quizá el mundo no cambie de golpe… pero si tú cambias la forma de mirarlo, te aseguro que tu día será especial.
Porque cada amanecer es un milagro disfrazado de rutina.
Y tú, tú estás viva para verlo y disfrutarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario