martes, 19 de agosto de 2025

La vida

A veces, solo hace falta detenernos un momento, cerrar los ojos… y respirar. Respirar profundo, lento, como si estuviéramos abrazando al universo entero con el alma.

La vida, con sus luces, sus curvas, sus sorpresas, es un regalo. A veces nos perdemos en lo que falta, en lo que aún no llega, en lo que pudo ser… pero qué bonito es cuando decidimos mirar todo lo que ya está. Todo lo que sí tenemos.

Hoy me levanté con ganas de agradecer.
Por mi casa, por ese techo que me cobija cuando llueve o cuando el sol aprieta.
Por ese plato de comida que me espera con olor a hogar.
Por mi salud, por este cuerpo que me acompaña, que me sostiene, incluso cuando me olvido de agradecerle.
Por los pequeños milagros de cada día: una sonrisa inesperada, una canción que me toca el alma, un mensaje bonito, una flor en el camino.

Y es que cuando agradeces, el universo parece sonreírte un poquito más. Es como si dijera: “Ah, así que ves la magia. Entonces toma un poco más.”

Creo que la felicidad no siempre viene de lo grande, sino de lo simple. De un café caliente entre las manos. De ver el cielo cambiar de color al atardecer. De saber que, a pesar de todo, estás aquí. Viva. Sintiendo. Amando.

Así que hoy, mi rincón está lleno de gratitud. Porque la vida, aunque a veces duela, es profundamente hermosa.
Y yo quiero seguir esperando cosas bonitas. Porque sé que vienen. Porque siempre llegan.

Gracias por estar aquí, por leerme, por compartir este rinconcito conmigo.

Con cariño,
Amalia 🌷






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