2025, gracias por todo
Aquí estoy, un ratito antes de que termine este año, mirando todo lo que me ha dado y sintiendo un profundo agradecimiento.
2025 ha sido un año bonito. He podido viajar a México y reencontrarme con Borja, abrazarlo, mirarlo a los ojos y sentirlo cerca aunque la distancia nos separe gran parte del tiempo. He disfrutado de su felicidad, y eso me llena el corazón de alegría y orgullo.
Coco está sano, corre por la casa, me acompaña y me recuerda que la vida puede ser simple, dulce y cálida, incluso en los días más tranquilos o más nostálgicos.
Dentro de mi soledad, dentro de mi nostalgia por no tener a Borja siempre cerca, y de las ausencias que siempre pesan, hay agradecimiento. Gracias por los momentos tranquilos, las risas inesperadas, los reencuentros y los silencios que permiten pensar, sentir y crecer.
Este año me ha enseñado a valorar lo que tengo, a aceptar lo que no está, y a seguir cosiendo retazos de vida en mi alma: cada abrazo, cada viaje, cada mirada, cada instante con quienes siguen a mi lado.
2025, me dejas con gratitud, con recuerdos que guardo con cariño, y con la certeza de que he vivido un año lleno de pequeñas grandes cosas. Y mientras miro hacia 2026, lo hago con la esperanza de que me traiga aún más felicidad, nuevas experiencias, y más momentos que hagan latir fuerte el corazón.
Gracias, 2025, por todo lo vivido. Gracias a la vida, a los que están cerca, a los que están lejos, y a los pedacitos de historia que me han hecho ser quien soy.
Y bueno… que no falte mi picharacheo: que el próximo año me sorprenda con cosas bonitas, que haya cafés calentitos, risas que me duelan de tanto reír, y algún que otro momento de esos que te dejan con la boca abierta y el corazón lleno. Porque oye, si no me río un poquito de la vida, ¿para qué cosería todos estos retazos, verdad?

No hay comentarios:
Publicar un comentario