La vida es maravillosa y muy sabia, te pone en tu camino a personas que te tocan el corazón y que no deseas que se vayan nunca de tu lado.
Yo pasé muchos meses en un hospital acompañando a una persona que amo y que ya no está conmigo. En ese hospital conocí a muchas personas todas maravillosas y es en esos momentos donde más aprecias un beso, una caricia, un abrazo y unas palabras de consuelo.
De todas las personas que conocí allí, me quedo con una, una pelirroja con los pantalones siempre arremangados. Una mujer que cuando ella estaba de servicio yo nunca me quedé sin mi merienda.
Hicimos una gran amistad, tanta amistad que nos hicimos primas, primas no de sangre pero si de corazón.
Un día me enteré que mi prima los días que no trabajaba hacia terapias y masajes en su casa, le pedí hora para un masaje, yo llevaba muchas noches durmiendo en un sillón y mis piernas y espalda necesitaban un masaje. Y allí nos fuimos mi prima de sangre y yo a darnos un masaje a casa de mi prima de corazón.
El masaje fue fabuloso, pero lo que más me impactó fue lo que me dijo después del masaje, ella solo me conocía del hospital, sabía poca cosa de mí. Pero con ese masaje fue como si me conociese de toda la vida. Me dijo cosas que eran imposible que ella pudiera saber.
Mi prima está dotada de una sabiduría excepcional. Ve más cosas de las que se pueden ver con la vista.
Mi prima y yo después de muchos años que nos conocimos seguimos en contacto, hablamos por teléfono, nos acompañamos a los médicos, comemos juntas y disfrutamos de cada momento que pasamos juntas.
Ahora mi prima quiere dedicarse a sus terapias más asiduamente y yo quiero que muchas personas la conozcan y comprueben sus "dones" para conseguir que seamos más felices. Ella es todo amor.
Se llama Isabel, y si necesitáis un masaje, saber de vuestro futuro no dudéis en poneros en contacto con ella. Estoy segura que saldréis de su consulta con ilusión y muchas ganas de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario