Creo que estos días he llorado más que nunca.
He llorado y he sentido que se me iba la vida en cada lágrima.
He tratado de soltar todo lo que tenía dentro y aún así, siempre se me quedaba algo.
He llorado fuerte, en silencio, sola, siempre sola.
He llorado hasta creer que me ahogaba de pena y dolor.
Con dolor, mucho dolor.
He llorado mientras me preguntaba una y otra vez por qué, mientras trataba de volver a aquellos momentos donde era feliz de verdad.
He llorado. He sentido rabia, coraje, pena, tristeza, soledad. He llorado y me he abrazado a mí misma bien fuerte tratando de consolarme.
He llegado a dormirme con lágrimas en los ojos.
De esas que caen por las mejillas y tienen sabor a corazón hecho pedazos.
He llorado de soledad, porque alguien se va muy lejos de mí.
He llorado porque alguien me ha defraudado, alguien a quien quiero mucho no ha estado a mi lado cuando más lo he necesitado. Y también se ha alejado de mí.
He llorado, y supongo que cada lágrima, hasta el día de hoy, me ha hecho más fuerte y luchadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario