sábado, 8 de junio de 2024

Sesenta años



Con más de sesenta años. ¿Por qué querer pareja?
Porque un  compañero de vida no es un complemento sexual solamente. Nuestra necesidad va más allá de lo visible y de lo sensible.
Es hallar con quien salir a caminar a un ritmo nuevo. Aprender a caminar al ritmo del otro. 
Acostumbrarse a una mano nueva, y a la tibieza y la  humedad de otros labios... 
Ver el amanecer con la luz de unos ojos ilusionados.
Disfrutar una charla intrascendente a tu medida. Alguien con quien beber despacio el té de la mañana. 
Alguien con quien sentarse a contemplar el atardecer de cada día, a quién entender entre líneas ese lenguaje lateral y cómplice que tenemos los enamorados,  y que nadie entiende,  aún estando entre la gente.
Que cuando me diga "tengo frío "... yo entienda  "abrázame".  
Y cuando yo le diga,  "ven, tápate ", él sepa que en realidad , le estoy diciendo "te quiero".
Y si decidimos estar callados... aún en el silencio, podamos escuchar la misma melodía.    
A partir de los sesenta años, ya no puedes soportar las limitaciones.
 No aguantas el sujetador demasiado apretado, las cenas forzadas con la cuñada que revisa el polvo en tus rincones, los tacones sobre los adoquines y las sonrisas de circunstancia…
 A los sesenta años ya no quieres demostrar nada.
 Eres quien eres, las cosas que has hecho y las cosas que todavía quieres hacer.
 Porque a lo largo de los años habrás aprendido a cuidar un cuerpo que finalmente amas, que se vuelve cada vez más imperfecto solo a los ojos de los demás.
 A quién le importa si la mitad del armario es del tamaño equivocado.
 Lo importante es que no te cruja mucho la espalda al levantarte, que al tocarte los pechos no sientas bolas y que la menstruación se convierta finalmente en un problema para los demás.
 A los sesenta quieres libertad.
 Libre de decir no, libre de quedarte en pijama todo el domingo, libre de sentirte bella por ti misma y no por los demás.
 Libre para caminar sola, los que te aman te seguirán el paso.
 Eres libre de cantar a todo pulmón en tu casa aunque te miren mal, y aunque seas un incordio para los vecinos.
 Tendrás sueños como cuando tenias veinte años y le pedirás tiempo a Dios para realizar más.
 Te habrás desnudado por los hombres que amabas y deseabas vivir la felicidad junto a ellos.
 Y ahora, justo ahora que te has comido más de la mitad de tu vida a bocados grandes y con prisas, encontrarás las ganas de saborear lentamente todo el azúcar y la sal de los días que tienes por delante.





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