Hace un año que partiste, pero parece que fue ayer cuando corrías alegremente con esa energía tan tuya, llenando nuestras vidas de amor y felicidad. No hay palabras suficientes para expresar cuánto significaste para todos nosotros. Tu presencia fue un regalo, y aunque físicamente ya no estás aquí, tu esencia permanece viva en nuestros corazones.
Eras más que un perro; eras un amigo leal, un compañero de aventuras y el guardián de nuestras alegrías y penas. Cada momento contigo fue único: tus miradas llenas de ternura, la forma en que movías la cola al vernos llegar, y esos días en los que simplemente nos acompañabas en silencio, como si supieras exactamente lo que necesitábamos.
Tu partida dejó un vacío inmenso, pero también nos dejó recuerdos hermosos que guardaremos siempre. Nos enseñaste lecciones importantes: amar sin condiciones, vivir el presente y encontrar felicidad en las pequeñas cosas.
Hoy, al recordarte, no solo lloramos tu ausencia, también celebramos la vida que compartimos contigo. Sabemos que ahora corres libre en algún lugar hermoso, feliz como siempre fuiste aquí.
Gracias, Hundo, por habernos elegido como tu familia. Nos diste mucho más de lo que podríamos haberte dado a ti. Te llevamos en el corazón, y siempre serás parte de nosotros.
Con amor eterno,
Tu familia que nunca te olvidará.
Coco y Amalia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario