viernes, 17 de octubre de 2025

Octava noche junto al mar

El día ha amanecido bonito, con ese fresquito agradable que invita a ponerse una chaqueta.

Coco y yo hemos salido a dar nuestro paseo por la playa, como cada mañana. Ahí ha empezado su primer pipí del día, muy formal él.

Después, hemos ido a desayunar. Coco, como siempre, sus dos lonchitas de pechuga de pavo.
Yo, hoy, he cambiado el bocadillo por un buen chocolate con churros. Hoy… ¡se ha estropeado la cafetera! Así que no había café.
No pasa nada, me he dicho, ya me lo tomaré luego en otro sitio.

El paseo de después ha sido una delicia. A medida que avanzaba la mañana, el sol calentaba y el cielo se llenaba de nubes blancas preciosas, con formas caprichosas, como dibujadas con pinceladas suaves.

Hemos vuelto al hotel para que Coco descansara un poco. Ya es mayorcito, y necesita sus siestas.
Yo he aprovechado para escribir, revisar correos y disfrutar de la calma.

Más tarde, hemos salido de nuevo. Hoy estábamos solos, Coco y yo.
No me apetecía menú, el chocolate con churros me había dejado sin hambre, así que hemos tapeado un poquito: unas croquetas de cocido (Coco se ha comido dos y yo tres),  unos calamares y boquerones en vinagre.

Luego, un café con leche para llevar… y, para mi sorpresa, ¡ya había polvorones en la tienda! Cada año los ponen antes.
He comprado un par y me lo llevado a la terraza del hotel, donde me he tomado el café y uno de los polvorones mientras miraba el mar.

Después, siesta para los dos, porque sí, yo soy una “envidiosa” y si Coco duerme siesta después de comer yo también, al despertar, otro paseo por el paseo marítimo.
Coco ha jugado con otros perritos, feliz, con esa alegría que siempre tiene.

La cena ha sido ligera: una ensalada, una tortilla francesa con pan con tomate y, de postre, un yogur.
Ya en la habitación, Coco ha comido su pienso y hemos salido a dar un penúltimo paseo.

Y justo al entrar al hotel… ¡un trueno tremendo!
Menos mal que ya estábamos dentro.
El cielo se iluminaba con relámpagos que daban miedo, y la lluvia caía con fuerza.
Ha durado poco, pero ha sido intensa.

Ahora estamos tranquilos, viendo un poco la tele, mientras afuera aún suena la lluvia.
En un rato, ducha, pijama… y a dormir.
Hasta mañana que seguro que será un día todavía más bonito que hoy. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Octava noche junto al mar

El día ha amanecido bonito, con ese fresquito agradable que invita a ponerse una chaqueta. Coco y yo hemos salido a dar nuestro paseo por l...