Hoy me voy a poner a preparar unas lentejas caseras, esas que llenan la cocina de aromas, de color y de cariño.
Mientras cocino, voy cantando una canción que dice: *“Siempre que llegas a casa, me encuentras en la cocina…”* Porque la música siempre hace que todo sea más alegre y divertido. Podéis escuchar la canción en este vídeo:
Las lentejas son un alimento maravilloso: nutritivas, llenas de proteínas, hierro, fibra y vitaminas… perfectas para cuidarnos mientras nos damos un gustito. Me encanta ponerles mucha zanahoria, que les da dulzura y alegría, y hacer un sofrito con cebolla, ajo, pimiento y un toque de pimentón que convierte cada cucharada en un pequeño festín.
Mientras remuevo, pienso que cocinar es una forma de amor, no solo para nosotras, sino también para compartir. Aunque hoy sea solo conmigo misma y con mi pequeño Coco, su compañía hace que todo el proceso sea más divertido y cálido. Siempre está vigilando por si se me cae algo al suelo… y aunque hoy no le vaya a gustar nada de lo que se caiga, no hay nada que le guste más que mirarme y seguirme con su carita curiosa y feliz.
Lo más bonito de todo es que mientras preparo estas lentejas, pienso en el amor que ponemos en lo que hacemos: en cuidarnos y disfrutar de los sabores sencillos. Cada cucharada no solo alimenta el cuerpo, sino también el corazón, y eso es algo que nunca debemos olvidar.
Las lentejas son sencillas, pero su sabor y calidez tienen magia: un abrazo en cada cucharada y un recordatorio de que dedicar tiempo a mimarnos y disfrutar de lo cotidiano es un regalo que siempre vale la pena.
¡Y ya sabéis! Hoy, mientras preparo mis lentejas, pienso en lo importante que es dedicar tiempo a mimarnos, a disfrutar de los sabores sencillos y a compartir momentos alegres con los que queremos, incluso si es solo con Coco y conmigo misma.

No hay comentarios:
Publicar un comentario