jueves, 18 de septiembre de 2025

Amiga cactus



Amiga querida…

Hoy quiero decirte algo que me sale del alma y que además me hace sonreír: me declaro oficialmente tu amiga cactus 🌵. Sí, sí, de esas que no necesitan estar regadas todos los días, ni llamadas diarias, ni mensajes cada cinco minutos (que ya bastante guerra nos dan las notificaciones del móvil). Nuestra amistad es de las que no entienden de relojes ni de calendarios: aunque pasen semanas, meses o incluso años, sabemos que basta un café o una llamada para ponernos al día como si nada.

Soy esa amiga que nunca te va a reprochar “te escribí tres veces y tú ninguna”, porque para eso ya tenemos la lista del supermercado y los recordatorios del médico, ¿no? Aquí no hay notas, ni exámenes, ni suspensos: en esta amistad, siempre se aprueba con matrícula. 

Y cuando me necesites, ahí estaré. Para darte un abrazo apretado si el corazón se pone blandito, para secarte lágrimas con un pañuelo que probablemente esté arrugado en el bolso (que ya sabes que yo siempre llevo de todo, menos lo que necesito en ese momento 😂), o para animarte como tu animadora personal, con mis pompones invisibles, cuando la vida te sonríe con un logro nuevo.

Me declaro TU AMIGA CACTUS 🌵 porque cada vez que hablamos confirmo lo mismo: el tiempo entre nosotras es relativo. En cuanto cruzamos palabras, es como si el calendario se borrara de golpe y todo volviera a ser igual que antes. Y entonces llega el riego más bonito de todos: el de las risas, el cariño sincero y esa complicidad que no se compra ni se vende.

Y ahora viene el chascarrillo (porque ya me conoces, sin humor no soy yo): ¿te acuerdas de aquella vez que dijimos “solo un café rápido” y terminamos cinco horas después con dos cafés, tres risas atragantadas, una tarta compartida, que juramos no pedir, y la camarera mirándonos como diciendo “¿van a montar aquí un club social?”? 😂 Pues eso es lo que me encanta: que aunque vayamos para un ratito, la vida siempre nos regala un montón de momentos para guardar.

Así que tranquila, que como buena cactus, no pincho (o solo un poquito, si me haces rabiar, pero de broma 😜). Estoy aquí, fuerte y resistente, esperando siempre el próximo encuentro, sabiendo que no necesitamos vernos cada día para querernos de verdad.

Gracias por ser parte de mi desierto, de mi oasis, de mis días soleados y de los que no tanto. Porque contigo confirmo que la vida es más bonita cuando tienes al lado a quien no necesita verte siempre para quererte siempre.




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