sábado, 3 de noviembre de 2012

Carta de mi prima "hermana" a mi madre.


MI TIA, MI CARMELA

Tía, me piden que te escriba algo. Hoy la prima se quedó sin palabras. Pero yo ni siquiera sé como empezar. No sirvo para esto.
No sé cómo, en estos momentos, abrir mi corazón y extraer en forma de palabras tantos sentimientos, emociones y recuerdos acumulados desde mi niñez.
Desde que aquella niña de 4 años con falda plisada de cuadros escoceses se presentó en tu casa de la mano de sus padres y su tete con una terrible sensación de estar perdida y confusa. Hasta hoy, 41 años después, donde, todavía tímida, vuelvo a sentir ese sensación de perdida y confusa por no encontrar un “porqué”.
Aunque no, es verdad,  no es la razón lo que necesito buscar, si no el sentido de todo esto que nos ha pasado últimamente.

Te has ido, Tía, pero solo hay que ver esa media sonrisa en tu rostro para saber a quien has visto al otro lado. Te reencontraste con él. Tanto que le has llamado en esto últimos días, al final tuviste que ir tu a buscarlo porque él no vino. Menuda regañina te espera, Quico!.

Y ella....no, seguro que no ha sido una sorpresa encontrarte con tu hija, tu lo sabías, pero lo que no esperabas era verla acompañada. Son guapos, verdad?

Ahora encontrarás respuesta a muchas preguntas que no tuvimos el valor de contestarte.

Tengo tantas cosas a recordar, tantas anécdotas que me hacen sonreir... desde el inmenso cariño que el tío y tu me disteis cuando mis padres debían permanecer junto a mi hermano en el hospital,  pasando por nuestras regañinas de niñas por los dichosos aparatos de los oídos,  hasta la vergüenza que me hacías pasar en la terraza del Bar de la Loli...cuantas cosas, mi querida tía, mi Carmela!

Te echaré de menos, ya te estoy echando, como echo de menos al tío y a la prima. Díselo.
Dile al tio que no lo dude, no solo ha sido bueno, ha sido más que eso, ha sido mejor!
A la prima, dale las gracias, gracias por dejarme sentir todavía su complicidad, esa manera que tenía de entenderme con unas pocas palabras y una sola mirada.

Tía, si pudieras verte, también esta vez has salido guapa, guapísima, como a ti te gustaba,-¡presumida!- Con tu toque de carmín en los labios... tan elegante y señora como siempre lo fuiste.

Ahora, desde allí, te va a tocar a ti cuidarnos y mimarnos,  muy especialmente a tu Amalia.
Pero descuida, desde aquí te ayudaremos, la seguiremos de cerca hasta hacernos tan pesados que ella nos salga con alguna fresca , ya la conoces.
No te preocupes por Borja es un cielo, educado y cariñoso, todo un hombre, lo ha demostrado con creces, ¿verdad?

Gracias tía, muchas gracias porque, sin darte cuenta, nos enseñaste algo que creo que es fundamental en esta vida...saber sacar una sonrisa, sea como sea, por tristes y duros que sean los momentos vividos. Intentaremos seguir haciéndolo en tu nombre.

De sobras lo sabes...te quiero, tita.
De sobras lo sabéis...os quiero y os añoro.


Un besito,
Vuestra Lali.

Te quiero mamá.


Mamá hoy quiero decirte muchas cosas que no te dije aún, quiero dedicarte esta carta con todo mi amor, el amor que siento por ti.
Te fuiste de mi lado y en silencio. Fue tu partida en una noche fría y lluviosa,  tu corazón dejo de latir.
Yo no estaba sola, hasta el final hiciste las cosas bien, 13  noches llevaba durmiendo contigo en esa inmensa habitación, pero tú querías que yo  pudiese compartir ese dolor con alguien y esperaste a que tu sobrina Lali,  a la que tanto quieres, un ángel decías tú que es tu sobrina, estuviese junto a ti y a mi lado para poder llorar juntas. Y esa noche del 31 de octubre tú decidiste partir en silencio y  Lali y yo estuvimos en tu último suspiro y juntas nos fundimos en un abrazo y lloramos por ti, te dimos un beso a tu cuerpo sin aliento, estabas muy quieta, parecía que dormías.

Una princesa parecías, allí en tu cama, dormida.
Hoy te quiero recordar y darte las gracias por dejarme compartir tu vida durante 52 años, toda una vida llena de amor y felicidad, en un hogar alegre y feliz.
Tu vida ha sido muy feliz junto a tu Quico, 61 años de vida en común y de ese amor nacimos mi hermana y yo y los cuatro juntos hemos vivido una maravillosa vida, siempre unidos, siempre felices, hasta en los momentos difíciles siempre hemos sonreído. Rodeada de familia siempre hemos estado, tus nietos, tus yernos, tus hermanas, tus cuñadas, tus sobrinos, todos te adoraban y tú una palabra cariñosa siempre tenias para animarnos y hacernos feliz.
Muy presumida eras, a la calle sin tus labios sin pintar no podías salir, tu pelo siempre arreglado, estrenar ropa era tu mayor ilusión. Siempre alegre estabas y con tus comentarios divertidos siempre nos hacías reír. Muy querida por todos tus amigos eras. Y es que es tan fácil quererte mamá¡¡¡ que millonaria en amistades eras.
Te fuiste porque no podías vivir sin tu Quico. Tres meses llevabas viviendo sin él y ya no podías seguir viviendo sin tu amor y querías irte con él.  Al llegar al cielo una sorpresa te has llevado tu hija Carmen allí te estaba esperando. Ahora ya estáis los tres juntos y a mí me dejáis aquí, huérfana de vuestro amor.
Tu espíritu luchador a la vida se aferraba,  mas Dios, desesperado, a su lado te llamaba.
Yo, madre, ante ti me arrodillo, dando las gracias por darme la vida y protegerme siempre y prometo no defraudarte con mi comportamiento en la vida, madre mía…
Hasta luego mamá, un día voy a ir a veros a los tres y de vuestro lado ya no me moveré.
En ángel ahora te has convertido, y velando por nosotros estás.



Te quiero mamá.

Admírate, mujer… y un poquito más

Mírate al espejo y deja de buscar defectos. Mira lo que sí tienes: fuerza, historias y un montón de cosas que te hacen única. Admírate por ...