Se acaba un año y empezamos un año nuevo.
Yo me despido del año 2018 cerrando las puertas al dolor, tristezas y sufrimiento.
Y recibo al año 2019 con las puertas y ventanas abiertas a la felicidad, la paz, la armonía y la salud.
En el año nuevo no tiene cabida en mi vida la tristeza. Este año que acabamos me ha dejado mucha tristeza y dolor. Empecé el año como acompañante en un hospital, me comí las uvas rodeada de personas maravillosas y junto a la persona con la cual yo pensaba envejecer y que me ha dejado este año que termina y ya no podré envejecer a su lado. Ese ha sido el peor y más doloroso motivo que me ha dado el año 2018, un año que nunca podré olvidar.
Pero por esa persona y por otras que tambien están en el cielo, quiero cerrar puertas al dolor y abrir puertas a la felicidad, por ellos, porque sé que ellos quieren verme feliz, este nuevo año va a ser maravilloso para mí. Siempre llevándolos en mi corazón y recordandolos a diario.
No quiero, me niego a tener más dolor, me niego a perder más seres queridos y quiero ser feliz con las personas que tengo a mi lado y que me hacen felices. Mi hijo, mis primos, mis amigos y mis conocidos, esas maravillosas personas que siempre han estado ahí a mi lado, sacándome una sonrisa cuando lo único que yo quería era llorar.
No quiero en este nuevo año tristezas, solo quiero salud, amor y felicidad.
No soy escritora, solo cuento y relato mi vida. Amo a mis perritos, me gustan las plantas y me gusta ser feliz. No soy lo que escribo, soy lo que tú sientes al leerme.
domingo, 30 de diciembre de 2018
martes, 18 de diciembre de 2018
Ni una menos
Mi madre solía decirme y seguro que muchas aún lo siguen diciendo: no vuelvas tarde, no vengas sola por sitios oscuros y solitarios, no te pintes mucho, no lleves esa falda tan corta...
Advertencias para que no me pasara nada malo.
Y yo me pregunto; ¿eso me lo decía mi madre por ser mujer? Y a los hombres ¿que le dicen?
Una madre tiene que dar buenos consejos a sus hijas y también a sus hijos.
Yo tengo un hijo y desde pequeño le he enseñado a ser empático con las personas, ayudar al que lo necesite, a respetar a las personas y sobre todo, a no hacer nada que a él no le gustaría que le hicieran ni le hicieran a sus seres queridos.
¿Estamos educando bien a nuestra juventud?
Yo antes salía sola a pasear por la playa solitaria en otoño e invierno, y eso es uno de los mejores placeres de la vida. Ahora me da miedo, me han robado ese placer.
Tengo temor a salir de mi casa, por miedo a no volver a ella porque me cruce con alguien y me quite la vida.
Si salgo a cenar pido a mis amigos que me acompañen a casa, vivo con miedo y tengo 58 años.
Me están quitando la libertad de poder salir y poder pasear sola.
Somos las mujeres las que provocamos, por ir pintadas, por llevar un escote o por llevar una falda corta. Pero que horror!!!
No podemos tener libertad para vestirnos como queramos y poder salir a la calle cuando nos apetezca.
¿Por ser mujer tienen derecho a maltratarnos? NO.
Por eso a ti que estás leyendo esto, si un día paseando te sientes en peligro, cógeme de la mano y hablemos como amigas, juntas podemos evitar que alguien nos haga daño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Admírate, mujer… y un poquito más
Mírate al espejo y deja de buscar defectos. Mira lo que sí tienes: fuerza, historias y un montón de cosas que te hacen única. Admírate por ...

-
Cuando mis padres me trajeron al pueblo donde resido hace ya 57 años, fui a un colegio llamado "SANTO TOMÁS" aún hoy existe ese co...
-
Hoy os voy a contar una cosa maravillosa que me ocurrió ayer. Ayer conocí a unas personas encantadoras, hacía mucho tiempo que las conocía ...
-
Viviendo con fagofobia: El miedo a atragantarse y cómo lo enfrento. Mi nombre es Amalia, y tengo fagofobia, el miedo irracional a atragantar...