domingo, 7 de septiembre de 2025

✨Decidir ser feliz, cada día✨





Ser feliz es una decisión.
No depende del dinero, ni del lugar donde vivimos, ni siquiera de si todo nos va bien o no. Ser feliz es un acto de valentía diaria.
Una elección que nace desde dentro.

Porque no es que tengamos una vida perfecta…
¡Para nada!
A veces los días vienen torcidos, otras veces el corazón se encoge, y hay momentos en los que uno no tiene ni ganas de levantarse de la cama. Pero aun así… podemos decidir.
Decidir mirar con otros ojos.
Decidir respirar profundo, sacudirnos la tristeza y decirnos al oído: “Hoy también merezco ser feliz.”

La felicidad no viene cuando todo está en orden.
La felicidad llega cuando, a pesar del caos, elegimos sonreír, aceptarnos con nuestras luces y nuestras sombras, con defectos incluidos, y seguir caminando.
Porque aceptar lo que somos y abrazarlo… eso también es felicidad.

Y si hoy no fue el mejor día, no pasa nada. Mañana sale el sol otra vez.
Mientras haya un nuevo amanecer, hay una nueva oportunidad.
Y eso ya es motivo suficiente para seguir soñando. 🌅




















sábado, 6 de septiembre de 2025

Dormí toda la tarde

Dormí toda la tarde como una bendita… ¡y ahora el condenado sueño no quiere venir! Yo no sé qué tiene la siesta, que una se sienta un ratito y zas, se apaga como bombilla vieja. Y claro, llega la noche y aquí estoy: con los ojos como búho, más despierta que las campanas del pueblo.

Me he salido al balcón, que dicen que el fresco de la noche arrulla.  Ni el sereno me da sueño, lo que me da es tos.

Y aquí me ves, hablando sola, porque duerme… hasta Coco el perrito. Ese sí ronca a pierna suelta, como un tractor de campo, y yo venga a dar vueltas. Qué injusta es la vida: los que podemos dormir, no dormimos; y los que deberían vigilar, roncando.

Ya lo he probado todo: tila, manzanilla, leche calentita… hasta he puesto la radio flojita a ver si un bolero me adormecía. ¡Pero nada! Lo único que he conseguido es ponerme más nostálgica.

Y lo peor es que mañana estaré cabeceando en la mesa, con la sopa cayéndome encima, o en misa, con el padrecito diciendo “oremos” y yo respondiendo “dormimos”.

El sueño es como los hombres: cuando lo buscas, no aparece; y cuando no lo quieres, ahí está, pesado como gato gordo encima de ti.

Así que nada, aquí me quedo, oyendo los grillos y regañándome sola: “¡Mira que eres tonta, mujer, te duermes como una gallina por la tarde y luego vas y te desvelas como una chiquilla en fiesta mayor!”.

Pero bueno, ¿qué más da? A mi edad, trasnochar ya no es pecado… ¡es capricho!



✨Decidir ser feliz, cada día✨

Ser feliz es una decisión. No depende del dinero, ni del lugar donde vivimos, ni siquiera de si todo nos va bien o no. Ser feliz es un act...