viernes, 7 de noviembre de 2025

Cuidarse también es una forma de reírse del tiempo


Ayer, tomando café con mis amigas, esas reuniones donde una arregla el mundo entre risas, pastas y alguna que otra tontería, salió el tema de los potingues y las cremas.
Una decía: “Yo me voy a hacer un tratamiento, que me pongan mascarilla y me dejen la piel nueva.”
Y otra saltó muy digna: “Ay, yo no hago eso, yo ya paso. Hay que envejecer con dignidad.”

Y yo ahí, con la cucharilla en la mano, pensé: “¿Y eso qué es? ¿Envejecer con dignidad? ¿Ir por la vida con la cara más seca que una hoja de otoño? ¿Y sin echarte ni una crema porque ya da igual?”
Pues no, conmigo no cuenten.

Vamos a ver: ponerse cremita, pintarse un poco o darse una alegría con un perfume no es vanidad, ¡es quererse!
Es mirarte al espejo y decir: “Sí, tengo años, pero mira qué apañá sigo estando.”
Eso es cuidarse, no para los demás, sino para una misma.

Porque dejarse no tiene nada que ver con la edad, sino con las ganas.
Las arrugas no son el problema; el problema es perder la sonrisa.
Y yo, mientras me queden fuerzas, pienso seguir poniéndome mi cremita, mi colorete y mi alegría.

Que el tiempo pase, vale. Pero que me pille con buen humor, oliendo rico y con la cara tan suave como un bollo recién hecho. 

Así que nada de dignidad ni pamplinas: yo me cuido, me quiero y me arreglo… ¡porque me da la gana! 





¿Te ha divertido o te ha hecho pensar esta historia? 😍💛 ¡Cuéntamelo abajo, me encantará tu opinión! 

¡Mil gracias por tu cariño y por cada visita!

Si te gusta lo que escribo, puedes invitarme a un café haciendo clip aquí https://buymeacoffee.com/elrincondeamalia

jueves, 6 de noviembre de 2025

🌷 Una sesión muy especial: hoy sentí a mi madre y a mi hermana

Hoy ha sido un día de esos que te dejan el corazón calentito. He participado en una sesión de mediumnidad con un chico majísimo que se llama José. Está formándose y necesitaba personas con las que practicar, y yo, que soy curiosa y siempre dispuesta a ayudar, le dije que sí sin pensármelo mucho. Pensé: “Bueno, si puedo echar una mano y además aprender algo nuevo, ¿por qué no?”

Y, la verdad, me alegro de haberlo hecho, porque lo que he vivído a sido precioso. José, sin conocerme de nada, empezó a decirme cosas que solo yo podía saber, detalles que ni por asomo se podría haber inventado. En ese momento sentí un escalofrío, pero de los buenos, de esos que te recorren de arriba abajo y te hacen sonreír.

Dijo que mi madre y mi hermana estaban allí conmigo, muy cerquita, y que me mandaban mensajes llenos de amor. Me dijeron que están orgullosísimas de mí, que siga adelante, que valgo muchísimo y que la gente me quiere más de lo que yo a veces creo.

Y claro, me emocioné. Se me escaparon las lágrimas, pero eran lágrimas dulces, de esas que limpian el alma. Sentí una paz enorme, una sensación de compañía y cariño que no se puede explicar con palabras.

Salí de esa sesión con el corazón más ligero, con una sonrisa que me duró todo el día y con la sensación de que la vida sigue siendo mágica, aunque a veces no entendamos cómo funciona.

Hoy me quedo con una certeza muy bonita:
los que amamos no se van nunca, simplemente cambian de lugar y nos siguen cuidando desde donde están.

Gracias, mamá. Gracias, hermana. Gracias también a José, por su sensibilidad, por su respeto y por darme este regalazo del alma.
Y gracias a la vida, que siempre encuentra la forma de recordarme que no estoy sola.




¿Qué te ha parecido esta entrada? 😏💛 ¡Me encantará ver qué piensas! 🌸

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Otoño, una estación maravillosa

🌧️ Hoy es uno de esos días perfectos de otoño. Llueve suavemente, no hace frío y se está tan a gusto en casa… No se necesita nada más para ser feliz: solo una taza de té calentito entre las manos y la ventana abierta para escuchar el sonido de la lluvia.

La lluvia es una bendición. Es buena para las plantas, para el campo, para la vida. Llover no significa que no puedas salir a la calle; simplemente que a mí esta tarde no me apetece. Ya salimos esta mañana y dimos un largo paseo. Esta tarde tendría que sacar a pasear a Coco, pero a él no le gusta mucho el suelo mojado. Así que, de momento, nos quedamos tranquilos, escuchando la lluvia, tomando un té, con música de fondo, leyendo, escribiendo o simplemente disfrutando de este día tan bonito.

Un día gris, sí, pero magnífico. No solo los días de sol son hermosos. Los días como hoy, grises y con lluvia, también son maravillosos, porque esto, todo esto, es vida. Es vida el sol, es vida la lluvia, es vida cada cosa que hacemos con amor y calma.

Yo soy muy feliz hoy. Me encanta el otoño porque invita a pasear, a respirar aire limpio, a mirar los árboles que cambian de color. No hace el calor agobiante del verano ni el frío intenso del invierno. Hace un día perfecto.

Gracias universo por este día tan bonito. 🍁



¿Te ha divertido o te ha hecho pensar esta historia? 🤔💛 Escribe un ❤️ en los comentarios si te ha gustado. ¡Me encantará leer cada uno de ellos! 🌸

martes, 4 de noviembre de 2025

🍲 Lentejas: sabor, amor y alegría en la cocina


Hoy me voy a poner a preparar unas lentejas caseras, esas que llenan la cocina de aromas, de color y de cariño.

 Mientras cocino, voy cantando una canción que    dice: *“Siempre que llegas a casa, me encuentras en la cocina…”* Porque la música siempre hace que todo sea más alegre y divertido. Podéis escuchar la canción en este vídeo:  

 Las lentejas son un alimento maravilloso: nutritivas, llenas de proteínas, hierro, fibra y vitaminas… perfectas para cuidarnos mientras nos damos un gustito. Me encanta ponerles mucha zanahoria, que les da dulzura y alegría, y hacer un sofrito con cebolla, ajo, pimiento y un toque de pimentón que convierte cada cucharada en un pequeño festín. 

 Mientras remuevo, pienso que cocinar es una forma de amor, no solo para nosotras, sino también para compartir. Aunque hoy sea solo conmigo misma y con mi pequeño Coco, su compañía hace que todo el proceso sea más divertido y cálido. Siempre está vigilando por si se me cae algo al suelo… y aunque hoy no le vaya a gustar nada de lo que se caiga, no hay nada que le guste más que mirarme y seguirme con su carita curiosa y feliz. 

 Lo más bonito de todo es que mientras preparo estas lentejas, pienso en el amor que ponemos en lo que hacemos: en cuidarnos y disfrutar de los sabores sencillos. Cada cucharada no solo alimenta el cuerpo, sino también el corazón, y eso es algo que nunca debemos olvidar. 

 Las lentejas son sencillas, pero su sabor y calidez tienen magia: un abrazo en cada cucharada y un recordatorio de que dedicar tiempo a mimarnos y disfrutar de lo cotidiano es un regalo que siempre vale la pena.

¡Y ya sabéis! Hoy, mientras preparo mis lentejas, pienso en lo importante que es dedicar tiempo a mimarnos, a disfrutar de los sabores sencillos y a compartir momentos alegres con los que queremos, incluso si es solo con Coco y conmigo misma.



lunes, 3 de noviembre de 2025

La calma de mi hogar


Hay momentos en los que no hace falta salir de casa para sentirse en la gloria.
Un café con leche en pijama, el pelo despeinado, el silencio de fondo y la calma rondando por el pasillo... ¡eso sí que es felicidad del tamaño XXL!

No se trata de tener más cosas, sino de saber disfrutar de lo que ya hay.
Porque el sofá no juzga, las paredes escuchan y el alma se relaja cuando todo está en paz. 

La vida no siempre va de viajes ni de estrenar, a veces va de poner los pies en alto y decir: “Aquí estoy bien, y no cambio este momento por nada”.

La paz que se respira en casa… esa no se compra ni con todo el oro del mundo.



domingo, 2 de noviembre de 2025

Un día lleno de gratitud


Hoy ha sido un día maravilloso.
De esos que te dejan el alma contenta y una sonrisa que no se borra en todo el día.

Me he levantado muy temprano, todavía era de noche y el cielo estaba oscuro. Hacía tiempo que no madrugaba tanto. Me he arreglado con calma, he desayunado y he llevado a Coco a casa de sus “tíets”, porque yo tenía una cita muy especial: el presidente de la Cruz Roja venía a recogerme.

Hoy se celebraba un acto de agradecimiento a los voluntarios de la Cruz Roja, y para mí era un día importante, porque hace muchos años fui voluntaria allí. Con apenas quince años ya me presenté un día en la sede, cuando aún no había mujeres en el equipo. Todos eran hombres. Y yo, con mi carácter decidido, dije: “Yo quiero ser voluntaria.”
Y así fue como me convertí en la primera mujer voluntaria de la Cruz Roja en mi pueblo.

Con el tiempo me nombraron jefa de la unidad femenina, y viví años preciosos, llenos de experiencias, aprendizaje y cariño. Por eso, volver hoy a la Cruz Roja ha sido como abrir un álbum de recuerdos felices.

El presidente, que fue compañero mío de aquellos tiempos y tiene mi misma edad, los dos con 65 años, ha venido a buscarme y juntos hemos ido al acto. Hemos preparado el aperitivo antes de que llegaran los demás voluntarios, y poco a poco han ido apareciendo todos: la alcaldesa, las concejalas, y hasta la presidenta de la Cruz Roja de Barcelona.

El encuentro ha sido muy bonito.
Después hemos disfrutado de un concierto precioso ofrecido por un matrimonio encantador: él tocaba el violonchelo y ella, la viola. Han interpretado canciones llenas de emoción y energía positiva. En un momento dado, ella se ha puesto a cantar y todos nos hemos unido, dando palmas y sonriendo.

Confieso que he pasado todo el concierto con la piel de gallina. Cada nota me llegaba al corazón. Era música que abrazaba.

Y para colmo, el día nos ha regalado un sol espléndido. Para ser 2 de noviembre, hacía un calorcito agradable y una luz radiante. Todo parecía acompañar la alegría del momento.

Al finalizar el acto, el presidente me ha traído de vuelta a casa. He ido a recoger a Coco, que lo había pasado de maravilla con sus “tíets”, como siempre. Luego hemos dado un paseo juntos, tranquilos, disfrutando del atardecer.

Ha sido, de verdad, un día de esos que merecen un gracias enorme.


Hoy la música nos abrazó el corazón.
Aquí podéis ver el vídeo.

sábado, 1 de noviembre de 2025

En memoria de los míos🌹

Hay ausencias que no saben de fechas ni de calendarios, porque cuando el amor ha sido tan grande, el tiempo deja de tener sentido.

A veces basta una canción, un olor que llega con el viento, o ese silencio que de pronto se instala en casa y me hace sentir que estáis cerca.

Echaros de menos no es llorar sin consuelo, es caminar con vosotros dentro, es hablaros en silencio cuando me pasa algo bueno, es mirar al cielo y sonreír pensando que desde allí seguís cuidando de mí.

Papá, mamá, gracias por enseñarme la vida.
Hermana, por las risas que aún suenan en mi memoria.
Y tú, amor, por seguir tan presente en cada latido que me recuerda lo que fuimos.

La muerte puede haberos llevado lejos, pero vuestro amor sigue aquí, conmigo, llenando los huecos que el tiempo no puede tocar.

Y cuando cierro los ojos y os nombro, no os estoy recordando… os estoy abrazando, con ese abrazo invisible, pero eterno.





 

Cuidarse también es una forma de reírse del tiempo

Ayer, tomando café con mis amigas, esas reuniones donde una arregla el mundo entre risas, pastas y alguna que otra tontería, salió el tema...